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domingo, 13 de enero de 2013

Me esperan en casa

Iñaki Lejarreta, Víctor Cabedo, Ricardo Otxoa, deportistas que han fallecido en las carreteras mientras entrenaban. Ramón, Juan, Pere, ciclistas anónimos que han corrido la misma mala suerte saliendo a disfrutar un día mientras rodaban en bicicleta. Todos ellos, con nombres y apellidos, tenían una familia, unas ilusiones, unos proyectos de vida, que se han visto truncados por algo llamado impaciencia e inconsciencia.

Todos sabemos chutar un balón de fútbol, conoceremos más o menos sus reglas, sabremos lanzar una pelota... y sabemos que nada malo va a pasarnos haciendo eso. No tiene riesgos. Pero recordemos (si podemos) lo que nos costó aprender a ir en bicicleta. Una tarea bastante difícil al principio, que casi hemos automatizado a base de práctica. ¿Hemos pensado alguna vez qué nos supuso aprender a ir en bicicleta? ¿Qué mecanismos debimos aprender a usar para movernos con ella? Equilibrio, coordinación,... todo eso depende de nosotros mismos. Y más se complica la cosa cuando decidimos salir a la carretera, donde, además de estar pendiente de nuestras cualidades y destrezas, tenemos que estar pendientes de todos los demás. Parece ser que en la carretera se impone la ley del más fuerte y todo lo que queda al paso, debe ser apartado. Y los ciclistas somos un estorbo. Cierto es que algunos ciclistas no respetan tampoco las normas, saltándose semáforos, entrando en calles en contra dirección. Todos lo hemos hecho y somos conscientes del riesgo que corremos. Así pues, es un mal conjunto, si bien nosotros nos llevamos siempre la peor parte.

España encabeza el ranking europeo de ciclistas fallecidos en carretera. Poca conciencia ciclista tenemos aquí. Casi tres millones de personas utilizan la bicicleta para sus desplazamientos, una cifra a tener en cuenta. Muchos hemos sufrido percances entrenando por culpa de conductores poco pacientes que nos adelantan en una curva, se acercan demasiado por detrás, nos pitan para que nos apartemos... Señores conductores, nosotros también pagamos impuestos y tenemos el mismo derecho a circular por las carreteras. No estaría de más, repasar las últimas novedades en el código de circulación, en relación a los ciclistas. Os dejo el enlace: http://www.dgt.es/revista/num151/pages/ley.html 
Aunque ya sabemos que, por mucha ley que haya, la conducta de cada uno frente al volante únicamente la podemos cambiar nosotros.

La próxima vez que vayáis en coche y nos encontremos mientras yo entreno, pensad un poco antes de actuar. A mi también me esperan en casa.



Aprovecho esta entrada para hacer eco de una marcha reivindicativa por la seguridad del ciclista, que están poniendo en marcha nuestros compañeros triATLETAS. Se realizará el 10 de febrero por las carreteras catalanas (aún por decidir). Echadle una ojeada y uníos si podéis. No volveremos a tener entre nosotros a aquellos que nos dejaron, pero sí intentaremos concienciar al resto para que no se vuelvan a repetir esos desafortunados incidentes.





2 comentarios:

  1. Muy bien explicado lo que muchos hemos sufrido. Yo mismo recibí una "colleja" del retrovisor de un camión cuando preparaba mi primer IM y por suerte caí hacia la cuneta y no hacia el interior de la carretera. Era una carretera recta de más de 1km, en forma de "V" y nos encontrábamos en la parte más baja, así que no había excusas de falta de visibilidad. Pero un tercer conductor hizo un adelantamiento incorrecto...y el más débil recibió.
    El primer día que pude coger la bici, me fui a hacer el mismo recorrido. No sirve de nada tenerle miedo porqué desgraciadamente no depende de nosotros.

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  2. Lo peor de todo es que casi ninguna muerte es consecuencia de un accidente, ni siquiera fallos. Son producto de imprudencias como no respetar la distancia al adelantar, conducir ebrio, ser impacientes... Sí, los ciclistas también cometen infracciones pero sea así o no lo sea, ellos siempre saldrán perdiendo, eso sumado a la pasividad policial que poca o ninguna vez sanciona las acciones temerarias de conductores frente a las bicis pero sí la de los ciclistas cuando no respetan las normas.

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