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martes, 9 de julio de 2013

Sin cabeza, no hay cuerpo que arranque

Y llegó el fin de semana esperado con tantas ganas. Tenía que ser un fin de semana perfecto: buenos amig@s, lugares espectaculares y una competición. Pero la cosa empezó a torcerse diez días antes: tres de nuestras acompañantes no iban a venir a darnos su apoyo. Lo harían, sí, pero desde la distancia. Y les eché de menos una vez allí. Mucho. La semana anterior había sido de tropiezo tras tropiezo: garmin estropeado y que no llegaba a tiempo de ser reparado para llevármelo a competir, kilómetros en coche para llevar la bicicleta a su primera revisión, malas sensaciones en los entrenos, enfados... Pero yo confiaba en el dicho de "lo que mal empieza, bien acaba", y más o menos, así fue. Una vez más, fui finisher de un triatlón distancia half (1900mts natación-90km bici-21km corriendo), sufriendo desde el minuto -1 de la competición.

Descansamos poco, dormimos poco la noche del viernes y la del sábado. Nuestr@s amig@s del norte nos acogieron tan bien y nos prepararon un fin de semana tan espectacular, que había que disfrutarlo y aprovecharlo con gusto. 

Y en mi cabeza venían una y otra vez las palabras de Ferran Almeda: lo peor que se puede hacer el día antes de una competición, es ir a hacer turismo. Y eso fue lo que hicimos el sábado. Con un calor horrible, caminamos a visitar el puente colgante de Portugalete, volvimos a pie hasta nuestra casa en el acantilado, pateamos un centro comercial, nos fuimos a cenar... y el domingo a las 5:50, sonaba el despertador. Quisimos hacerlo todo tranquilamente y con tiempo suficiente, pero una vez llegados a boxes, a las 7 de la mañana, una cola enorme para entrar, nos restó minutos y sumó nervios. No pudimos preparar las cosas con calma, ni la visita al wc de rigor. Cuando ya tenía que estar con el neopreno puesto, me di cuenta de que aún llevaba colgado el dorsal... todo fueron carreras, y nos perdimos la salida masculina, a las 8. Nos quedaban 10' para nuestra salida, y me metí en el agua para colocarme el neopreno, con tan mala suerte que pisé una roca y me corté en el dedo gordo del pie. No me di cuenta hasta al empezar el sector de bici, y el pensamiento y la molestia de eso me acompañaron durante el resto de la carrera. 
Pero antes de salir, hubo otra cosa que me perjudicó aún más, llegando incluso hasta el punto de abandonarme al llevar 500m nadados. De sobra sé que mi peor enemigo es mi cabeza. Es contra quien tengo que luchar duramente día tras día, ya que se empeña en reafirmarme lo contrario de lo que parece ser. Soy bastante fuerte físicamente, pero en nada se queda esa fortaleza, si la cabeza no sigue. Antes de empezar la natación, vi a mi padre, pero no a mi madre. Ella no había venido a verme salir y no entendía por qué, pero lo intuía. Así que, una vez entramos en el mar, empecé a nadar, pero mi cabeza se desvió a otra parte y perdí el grupo. Enseguida me vi nadando sola, lenta, sin ver a nadie detrás, sin ser capaz de seguir un ritmo, recordar la técnica... y abandoné. En la segunda recta, el kayak se puso a mi lado, y me iba diciendo que me marcaría el camino. Eso me pareció que quería decir que me había desviado mucho, y que iba la última de las chicas. Intenté sacar la parte cómica y le comenté al chico que los de atrás ya me iban a pillar, y él sonreía. No tardaron mucho. El primero del equipo de relevos (que habían salido 10' más tarde), me pasó como una flecha, seguido de dos o tres nadadores más. Encaré la última parte de la natación, con el sol de cara y sin ver dónde estaba la llegada. Miré el garmin y ya marcaba los 1900mts, pero aún quedaba lejos la arena. Finalmente toqué tierra habiendo nadado 2400 metros, en 48'. Allí fuera estaban gritándome Aitzi, Mamen y demás que no reconocí, ... y mi madre. Y entonces retomé la carrera. 


Entré en boxes para coger la bici y sacándome el neopreno, entró otra chica detrás de mi. Pues no lo hice tan mal, no salí la última de las 17 chicas! Me subí a la bici, para empezar el temido recorrido ciclista, pensando en que sí iba a sufrir, pero que lo iba a acabar. Me acordé de lo que me dijo Aitzi la noche antes, que me olvidara de lo que había oído sobre el recorrido y que disfrutase del paisaje. Pues eso iba a hacer. Mi intención era poner a prueba mi nueva bicicleta, pero pronto vi que no era la mejor opción. Al poco de empezar a rodar, una serie de ruidos y movimientos extraños de la parte delantera, me obligaron a ser muy prudente en las bajadas, sin opción a recuperar el tiempo perdido en las subidas. El enfado fue monumental, pues el martes había llevado la bicicleta a la tienda donde la compré hace un mes, para hacerle la primera revisión, (Bicis Escapa de Sabadell) que, aún siendo distribuidores de Orbea, parece ser que no se tomaron muy en serio esto de revisarle todos los tornillos. A eso, le sumé el dolor de rodilla de rigor cuando llevaba 30km, y el dolor de lumbares cuando llevaba 60. Total, la bici un poco desastre, pero el paisaje muy bonito. En el circuito, adelanté a un par de chicas, y me adelantaron otras, lo cual me llevó a reafirmar que tan mal no había nadado, pero que podría haberlo hecho mucho mejor, eso sí! Y lo que sí hice muy bien, fue el tema de la comida y la hidratación. No quería repetir el error de Salou, así que bebí y comí cuando tocaba, y eso me llevó fuerte a mi otro sector calavera, la carrera a pie.



Bajo un sol de justicia y cerca de 26 grados, me dispuse a correr durante 2h como mínimo, por un circuito llano y repleto de gente que me animaba a cada paso. Eso sí que lo tengo que reconocer: el ambiente vivido en este triatlón, ha sido espectacular. La gente se volcó en la prueba y los ánimos en euskera te hacían imposible el dejar de correr. Y así fue. Caminé muy poco. De hecho, creo que podría haber corrido durante toda la carrera, puesto que me sentía bien. Mi ritmo no era muy alto (nunca lo es), pero intenté que fuera bastante constante, y eso me ayudó. Otra de las cosas que sí me ayudaron fue la compañía de Juanan, el director del Extrememan, que me acompañó en bici durante 11km, haciéndome fotos y vídeos, llamando a Mónica y aquella haciéndome reír. Y con quien sí me reí fue con mi Supernena Vane. El cachondeo del cono era exclusivo para Marta, pero no pude remediarlo y... (mirad las fotos)


A gritos nos animábamos en cada cruce, provocando las risas de todos aquellos que nos veían. Sí, esto es una carrera, pero habíamos venido a pasarlo bien. No íbamos a ganar nada más que una medalla y la satisfacción personal. Así pues, pasémoslo bien!

Y se acabaron los 21km de carrera a pie, y encaré el arco de meta. Esta vez no lloré. Llegaba en tiempo. No con un tiempo espectacular, pero llegaba.


Y ahí estaban todos esperándome, y entrando en meta me acordé de l@s que no estaban. 5+1 va por mis chicas, las que aguantan mis buenos y malos días (y los que les quedan!)

Ahora, dos días después de esta prueba, con las piernas como palos, pienso en seguir adelante, esforzándome un poco más. Aprovecharé mis vacaciones para entrenar bien y con tranquilidad, y a la espera de una entrevista con mi entrenador para preparar futuros eventos. Me han retado a algo muy grande en un año, pero antes tengo que convencerme de que lo puedo lograr. Y para ello, necesitaré el apoyo de los míos, y eso es lo que tengo que empezar a negociar... No sé qué va a ser más duro!!!

3 comentarios:

  1. Aqui, el pesao!! :)

    Enhorabuena por ser FINISHER. Y más cuando la cabeza no esta en su sitio. No hay nada peor que luchar contra uno mismo, y más durante tantas horas.

    Para el super-reto será muy importante que entrenes la cabeza. Esa será la diferencia entre acabar o no y hacerlo disfrutando. Con un volumen similar de entrenamiento, a mi, el IM me tumbó una vez y me permitió acabar en otra, y la diferencia fue la cabeza, no otra (bueno, y que no sopló viento!! ;)).

    Si piensas que puedes, el resto es solo cuestión de tiempo. :)

    Un beso!!

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  2. Pues aquí tienes a otra más que también está convencida de que puedes con ese reto...! Te has demostrado que puedes hacerlo, que aún con la cabeza "distraída" has llegado al final, que pese a unos cuantos problemillas en carrera has cruzado la meta....que aún haciendo turismo (1 km de nada....) y no durmiendo mucho conseguias tu objetivo.... No te parece suficiente para empezar a creer que SI que puedes?!?!

    Aitziber S.G.

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  3. Hola, pues ese esfuerzo valió la pena en tu camino. La mente es lo más importante a entrenar en la larga distancia, y en esta prueba la entrenaste bien. Además, seguro que te ya tienes ganas de hacer otra prueba para "reparar" los contratiempos de esta. A que sí?

    Saludos

    PD. Las fotos de Eurotri te las eché yo :-)

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